Usos y productos hechos de acero

El acero está presente en un elevado porcentaje de elementos con los que nos cruzamos en nuestro día a día. Vamos a representarlo con el recorrido que puede realizar un ciudadano medio. Veréis que los usos del acero son casi infinitos, y que está mucho más presente en nuestras vidas de lo que pensabas.

Juan se levanta a las siete de la mañana, y lo primero que hace es tomarse un café. ¿De qué está hecha la cafetera de Juan? De acero. Después va a la ducha, para asearse antes de salir hacia su oficina para trabajar. ¿De qué están hechas las canalizaciones que llevan el agua hasta su vivienda? ¡Sí! De acero. Después, coge su vehículo para llegar al trabajo. En torno al 60% de su coche contiene componentes basados en este material.

Llega a su oficina, situada en un edificio que, sorpresa, cuenta con ingentes cantidades de este material. El acero es uno de los elementos principales para la construcción de todo tipo de edificaciones y grandes infraestructuras. Es un material resistente pero flexible. Con un alto nivel de durabilidad que le convierte en idílico para las nuevas construcciones. Grandes rascacielos y edificios emblemáticos del planeta, que existen gracias a este elemento basado la aleación de hierro y carbono.

Y si repasáramos cada milímetro de la vida de Juan nos daríamos cuenta de que el acero está presente en decenas de ámbitos de nuestra vida diaria. De ahí que sea vital en decenas de industrias, que lo utilizan como componente para fabricar diferentes artículos o utensilios.

Esto se debe a que reúne características de durabilidad, resistencia y flexibilidad que muy pocos elementos del planeta pueden ofrecer. Gracias a sus grandes características básicas, ha sido objeto de poderosos procesos de investigación y desarrollo. Dichos procesos, han servido también para generar nuevas aleaciones y variantes del acero, que multiplican a su vez el número de aplicaciones finales que se puede dar a este material.

Cuando Juan abra una lata de conservas estará teniendo contacto con el acero. Cuando beba de su botella de agua para ir al gimnasio estará teniendo contacto con el acero. Su bicicleta estática en el centro deportivo al que acuda tendrá, probablemente, componentes basados en acero. Y así podríamos seguir repasando los miles de elementos que cuentan con este material como elemento fundamental en su fabricación y composición.

A continuación vamos a realizar una aproximación que nos permitirá profundizar en todas las industrias que utilizan acero como eje básico de su actividad. Esta serie de datos nos servirán para entender la importancia del mismo. No sólo por estar presente en multitud de productos y utensilios que utilizamos en nuestro día a día. Si no por dos cuestiones añadidas:

  1. Su relevancia como elemento dinamizador de la economía, creador de puestos de trabajo, y fundamental en la generación de ingresos para ciertas industrias.
  2. Su peso específico a nivel medioambiental. El acero tiene unas características físicas que le convierten en el componente perfecto para dar respuesta a las necesidades de los fabricantes. Pero, además, es un elemento perfectamente reciclable, y de forma muy sencilla. De hecho, el 70% del acero que se emplea en la actualidad es reutilizado de una vida anterior.

 

Sectores industriales que utilizan acero

Ya hemos hecho una primera aproximación que nos da pistas de la cantidad de elementos que están basados en el acero. Ahora vamos a profundizar en algunas de las industrias más relevantes, para conocer la alta presencia de este material en nuestras vidas.

De este modo, el lector entenderá mejor la relevancia de este componente. No sólo por su alta presencia en elementos que utilizamos con cotidianidad. Si no también, por la gran cantidad de puestos de trabajo y riqueza que genera la fabricación, alteración e investigación en relación con esta aleación de hierro y carbono.

 

El acero y la construcción

La construcción es uno de los sectores con mayor uso de este material. Las tendencias en el ámbito de la arquitectura y del diseño de edificios se dirigen hacia una serie de necesidades que el acero,  y sus diversas aleaciones, cubren a la perfección.

Por ejemplo, las nuevas edificaciones y las infraestructuras inteligentes buscan una mayor eficiencia en el uso de la energía. Para empezar, el acero es un material reciclable. Más del 70% del acero se recicla. De hecho, diversos informes apuntan a que estamos ante el material más reciclable en este tipo de industria.

Pero, además, el sector de la construcción tiende a la desmaterialización. Este concepto promulga un menor uso de materiales, en base a una buena media entre el peso que tiene un determinado elemento de construcción, frente a su nivel de resistencia. El acero cumple con estos requisitos, y añade un último factor importante: la durabilidad. Es decir, que una infraestructura que esté basada en este material, tiene asegurada una vida de intensa actividad durante muchos años.

Energías renovables

El acero está muy presente en elementos de energías renovables, como por ejemplo los molinos de viento, fundamentales para la energía eólica. Gracias al acero, se pueden crear turbinas de mayor tamaño y, a su vez, más ligeras. Esto reduce las emisiones de carbono y aumenta la eficiencia a la hora de aprovechar y producir más y mejor energía en este ámbito.

Otros usos en este sector están relacionados con los tejados en algunas instalaciones de edificios y viviendas. En dichas infraestructuras, se combinan células fotovoltaicas con paneles de acero. De hecho, y según confirman desde la Asociación Mundial del Acero (World Steel Association), desde 2012 productores de acero y la industria de la energía solar trabajan conjuntamente para desarrollar cubiertas revestidas con acero, que puedan generar directamente energía eléctrica.

 

El acero en la industria automovilística

La industria automovilística es otra de las grandes usuarias de acero. Es a los coches, lo que el agua al ser humano. Nosotros somos agua en un 60%. Los coches también son acero en torno a un 60%.En porcentajes similares lo encontramos en barcos, trenes, aviones, bicicletas o motos.

En los coches encontramos piezas fundamentales que son de acero. El cigüeñal o los piñones son claves en la parte mecánica. Aunque hay mucha más presencia. Por ejemplo el eje de transmisión de las marchas o los brazos que se encargan de articular el sistema de dirección del vehículo.

En el ámbito ferroviario se utiliza tanto para los propios trenes en sí como para las vías. Buques cisternas, vehículos blindados incluso los petroleros cuentan con un alto porcentaje de este elemento, para llevar a cabo su fabricación.

 

Relación con agua y comida

Por último, el acero está muy presente en elementos más visibles y cotidianos para los ciudadanos de a pie. En el resto de los usos del acero que hemos descrito, su presencia parece menos perceptible (aunque es sin duda muy relevante). Pero, ¿qué me dicen de las latas de comida? Sí, estas típicas latas de conserva que nos permiten mantener intactas, saludables y en perfecto estado de conservación ciertos alimentos. Pues están hechas de acero.

Resulta improbable encontrar un elemento que pueda hablar mejor de las bondades medioambientales del acero. Es el mejor material para conservar alimentos durante años, manteniendo el valor nutricional de los mismos. Y, mejor aún, sin necesidad de añadir aditivos para ese gran estado de conservación. Ni siquiera un toque de refrigeración.

Quizás estés pensando que esto es incierto. Que, en realidad, las latas y muchos elementos de este tipo están hechos de hojalata. Bien. Esto es realmente así. Sin embargo, es necesario recordar que la hojalata es acero con una capa de estaño.

Del mismo modo, existen multitud de elementos que sirven para almacenar y transportar agua, y que están hechos de acero. Sin ir más lejos, las propias redes de suministro están basadas en este componente. Y aportando nuevos valores al medioambiente, puesto que su durabilidad y resistencia le permite reducir al mínimo posibles pérdidas de agua en este tipo de infraestructuras.

 

El acero en la economía

En primer lugar, vamos a analizar el aporte del acero a la economía mundial analizándolo como un ciclo económico en sí mismo. La enorme capacidad de manipulación de este material, unido a su alto potencial de uso por sus características intrínsecas, le convierten en una economía en sí misma.

Por un lado tenemos a las empresas y organizaciones que se encargan de fabricar acero. Estas organizaciones ya generan una serie de puestos de trabajo directos e inversión. El acero posee un alto índice de manipulación. De hecho, a día de hoy se tiene constancia de alrededor de 5.500 variaciones. Cada una de ellas potencia, en mayor o menor medida, alguna de las virtudes de este material, en función de las características que más interese enriquecer.

Si, por ejemplo, un arquitecto prima el carácter flexible y desea que lo sea aún más, podrá modificar la base del acero para obtener un elemento de mayor nivel en este sentido. Si, por el contrario, se desea priorizar su carácter dúctil, los fabricantes podrán trabajar la base de aleación para conseguir un producto final más cercano a sus necesidades.

Todos estos procesos están basados en los altos niveles de investigación y desarrollo que se han aplicado sobre él. Procesos que requieren de inversión. De este modo, la economía del acero cuenta con su propio motor que genera circulante.

Por lo tanto, ya tenemos identificadas dos fases del ciclo del acero. Una de fabricación, y otra de investigación y desarrollo, que genera un producto que puede tener más valor en el mercado. Lo que, a su vez, ha generado una inversión previa en la generación de avances que permitan la investigación y mejora del producto. Incluso un retorno de esa inversión, al crear nuevos materiales modificados con un valor más alto en el mercado.

El acero, además, es un producto duradero, alejado de términos demasiado comunes en otros sectores, como por ejemplo la obsolescencia programada. Además de reducir costes, emerge un nuevo factor de riqueza en la economía del acero: el reciclaje. Todos los procesos asociados a este último elemento, generan a su vez puestos de trabajo y riqueza, en torno a la actividad del reciclado.

A su vez, se consume menos energía, se reducen las emisiones de CO2 y se eliminan riesgos de impacto nocivo sobre el medioambiente. Un impacto que también genera costes que, en este caso, son esquivados.

Por último entramos en la fase de reutilización. De nuevo, la economía del acero marca un tanto a su favor, empleando elementos con un coste de fabricación mínimo. Elementos que, a pesar de ese bajo precio, ofrecen un resultado inmejorable, permitiendo su reinserción en coches, infraestructuras o transporte.

 

La industria del acero: países, productores y previsiones

Con la explicación anterior, queda claro que el acero es un elemento generador de riqueza. Hace casi setenta años que China basó su remodelación empresarial en convertirse en uno de los principales productores de acero. Ya en aquel momento, el país asiático advirtió la fuerte relevancia que tendría (y que de hecho tiene) el acero a nivel mundial.

El nacimiento de una fuerte industria de la construcción, que requería de importantes cantidades de acero para su desarrollo, sentó las bases de producción de este componente. Y su desarrollo como líder en la fabricación de esta aleación continúa imparable. Según datos publicados por la revista económica Forbes, en el año 2014 China produjo un total de 823 millones de toneladas. Casi la mitad de todo el acero producido en el resto del planeta.

Por lo tanto, la industria del acero está dominada por este país asiático, que en el año 2015 aumentó sus exportaciones de este material en un 25%, alcanzando las 112 millones de toneladas vendidas fuera de su país. Este liderazgo actual está, en gran medida, sustentado por unos bajos costes laborales y de producción. Cuestiones que son percibidas por otros países como una amenaza para sus empresas y productoras locales. De hecho, diversos analistas reconocen que 2016 y 2017 serán años de muchos cambios en el mercado.

Actualmente, muchos países están implantando medidas antidumping, ante la mencionada bajada de precios de venta que ofrece China, desde su posición de liderazgo. Resulta difícil competir contra ellos en cuanto a costes de producción, de manera que se plantean impuestos por importación de entre el 20% de la India hasta el 236% en Estados Unidos. Es así como se intenta luchar contra esa posición de dominio que actualmente tiene China en el mercado.

En términos globales, la producción total de acero en el año 2016, según datos de la Asociación Mundial del acero, fue de 1.628,5 millones de toneladas, lo que supone un crecimiento del 0,8% con respecto al año anterior. Los diez principales productores del planeta, durante el año 2016, fueron:

  1. China
  2. Japón
  3. India
  4. Estados Unidos
  5. Rusia
  6. Corea del Sur
  7. Alemania
  8. Turquía
  9. Brasil
  10. Ucrania

 

Los 20 principales productores del planeta de la Asociación Mundial del acero
Fuente: http://www.worldsteel.org